RAW: Una chava muy antojadiza. NO (BIG) SPOILERS

En un plano abierto y de paraje carretero y pastoso viaja un coche, al cortar al contra plano un extraño individuo se abalanza sobre la pista provocando que el carro gire y se estrelle contra un árbol. Esta es la escena pivote de GRAVE, conocida en esto lares americanos como RAW, (bautizada en México bajo el burdo nombre de Voraz) una  producción franco-belga que ha causado mucha expectativa previa por su contenido de naturaleza gráfica y escatológica.  A manera naturalista, RAW describe la vida de Justine (Garance Mariller) una ñoña puberta (aunque de buen ver), se despide de sus padres pues acaba de entrar a la universidad, no sin que su madre reclame por un mínimo trozo de carne servido en la bandeja de buffet, pues todo parece indicar que la familia nuestra particular adolescente es férrea y estrictamente vegana. Al arribar al campus de veterinaria, donde incluso su osada, desatada y canija hermana mayor Alexia (la físicamente apabullante Ella Rumpf) está internada, descubre que la escuela está regida por desmadrosos chavos que la obligarán junto con todos los nuevos integrantes a un pesado y humillante proceso de iniciación, siendo comer un órgano crudo la primera prueba.  Después de tan doloroso incidente, Justine entabla cierta comicidad con su hermana, así como  su varonil y solidario roomie gay Adrian (Rabah Nait Oufella), sin embargo, al empezar las pruebas de iniciación, inmediatos y drásticos cambios físicos (sarpullidos) repercuten en su mente de Justine haciéndola desarrollar bizarros hábitos antojadizos, siendo una insaciable ansia por cierto tipo de carne el principal de todos.

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RAW goza de un trabajo y nivel de producción bastante impecable.  Desde una excelente fotografía que recarga el uso de celdas de neón en las escenas del antro escolar (cuya agilidad en la cámara nos recordaría a la feroz Victoria [Sebastian Schipper, 2015]), una música sutil pero desconcertante (el tema principal es particularmente portentoso y estimulante).  Y qué decir del cast, la presencia de Grance Marillier es un nuevo talentoso y promisorio descubrimiento para el cine francés como lo fue  Adèle Exarchopoulus en Blue is the Warmer Color (Abdelattif Kechiche, 2013) y el atractivo físico y destreza actoral de Ella Rumpf es como la hermana desatada Alexia es más que brutal, una mención elevada la tiene Laurent Lucas como el reservado padre de las dos chamaconas, inolvidable en el slasher Calvaire (Fabrice Du Welz, 2004) y la provocadora Pola X (Leox Carrax, 1999).  Hay momentos de buen precedente que quedaran impregnados en la mente del público como el rito de iniciación de los alumnos que incluye baño de sangre en pleno patio de escuela, las secuencias de fiesta en antro, las terapias veterinarias hechas a un caballo, la prueba de desvrginización de Justine que implica pintura azul y amarilla, los momentos posteriores de desnudes y carnalidad, la culposa ansiedad de Justine manifestada en las sábanas de su cama que se mueven como una entidad viviente pero sobre todo la reacción ansiosa de Justine al tener por primera vez en sus manos “un buen trozo de carne”.

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Siendo esta la opera prima de la cineasta francesa Julia Ducournau después del telefilme Mange (2012 en colaboración con Virgile Bramly su trabajo es atinado, haciendo en RAW una aportación fuerte y sobresaliente al reciente Boom de mujeres realizadoras que han apostado al cine de horror misterio/gore como su forma de expresión artística y divertimento emocional, tales como las hermanas Jen y Sylvia Soska (Vendetta [2015], See No Evil 2 [2014], American May [2012]), Karyn Kouzama (The invitation[2015] Jennifer´s Body [2009] ), la argentina Tamae Garateguy (All Night Long [2015, en colaboración con Jimena Monteoliva], She Wolf [2013])  y la próxima largometrista de origen mexicano Gigi Saúl Guerrero (El gigante [2014], Día de Muertos[2014])

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Entrando a esquemas y categorías de género, RAW es una Coming to Age con tintes Mumblegore (Derivación del Mumblecore; películas donde el díalogo y situaciones naturalistas y cuyas relaciones personales entre personajes sobresalen sobre la estructura de la trama) que sin duda entra como un clásico instantáneo en el circuito New French Extreme, por momentos de violencia esporádica pero descarnadamente gráficos y/o repulsivos, pero sobre todo impactantes. Imposible olvidar la cabeza descagalada por un enorme extintor y la violación en tiempo real Monica Belucci en IRREVERSIBLE (Gaspar Noé, 2002),el sexo explosivamente explicito en Base-moi (Virgine Despentes-Coraline Trhin, 2000), la manía por perseguir y matar en Haute Tension (Alexandre Aja, 2003)  los ritos infernales desatados de Sheintan (Kim Chapiron, 2006), las torturas extremistas en Martyrs (Pascal Laugier, 2008), los horribles cuerpos diezmados en Frontier(s) (Xavier Genz, 2007), la nauseabunda avidez y revancha en Inside (Alexandre Bustillo, Julien Maury, 2007)  o las salvajes y brutales invasiones de zombies en La Horda (Yannic Dahan, Benjamin Rocher, 2009). En este caso, la temática y el contenido quedan muy asociados con cintas que plantean el canibalismo como conflicto interno y moral y en consecuencia social exploradas en cintas como Trouble Every Day (Claire Denis) las mexicanas Aro Tolbukhin: En la mente del Asesino (Isaac-Piere Racine, Agusti Villaronga, Lydia Zimmerman, 2002) y Somos lo que hay (Jorge Michel Grau, 2010). Particularmente RAW no profundiza en este tipo de conflicto, centrándose más en la parte de comicidad retorcida y antagónica entre las dos hermanas lo cual es imposible no asociarla con la avorazada y divertida Ginger Snaps (John Fawcett, 2001) o la descabellada adaptación de Marquis de Sade; Justine (Jesus Franco,1969).

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Aquí es donde llegamos a otro punto muy comentado; el hype de morbo hacia la película provocado por el reporte de que más de una decena de espectadores requirieron de atención médica tras provocar desmayos durante la proyección en el festival de cine de Toronto. Si bien, el trabajo de maquillaje es bastante elevado, aun así, sin estos momentos gráficos la cinta se seguiría contando de manera sólida y lineal sin disminuir el mismo efecto repulsivo e incómodo al espectador.

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Si bien la forma y la ejecución es bastante construida, refinada y apantallante,  RAW le hace falta voracidad, audacia y sobre todo descontrol en su fuerza narrativa, la cinta se reserva a un delineamiento básico de sus dos personajes principales al pasar por el segundo acto olvidando por completo personajes secundarios bastante atractivos como el profesor pasado de lanza y el chavo líder de la élite de alumnos (cosa que sin duda me remite a la inolvidable secuencia escolar de Pink Floyd The Wall [Alan Parker, 1982]).  Si bien los huecos en la trama se compensan con un desconcertante desenlace, pero para los fanáticos del Extreme French, al final queda a deber mucha sangre, brutalidad y vísceras prometidas tanto en el trailer como en la mencionada campaña de hype viral hasta lel veredicto de clasificación de clasificación emitido por la MPAA (R for: Aberrant Vehavior, bloody and grisly images, strong sexuality, nudity, language and drug use/partying).  En estos aspectos, cinta FEED (Brett Leonard, 2005) es un claro ejemplo de esta fuerza y voracidad incontrolable que provoca la ansia obsesiva y enfermiza por la carne y las retorcidas ideas de escenario, encuadre y montaje que el realizador ejecuta para expresarlo extraordinariamente. Aunque no logra llegar a ese nivel de soltura, ni  lograr a ser trasgresora, pornográfica y extremista como A Serbian Film (Srdjan Spasojevic, 2010) puesto que no decide explorar más allá de la superficie del tema “tabú”, RAW es una película bastante lograda y vistosa en los elementos de cine artístico/autoral con tintes de género recientes como Goodnight Mommy (Severin Fiala, Veonika Franz, 2014) y The VVitch (Robert Eggers, 2015) It Follows (David Robert Mitchell, 2014) e incluso el inolvidable clásico Let the right one in (Tomas Alfredson, 2008) . Desde luego no es una película para todos los gustos, ni siquiera para los estómagos capaces de aguantarla, pero sin duda resultará un atractivo deleite cinético de principio a fin. Habrá que seguir las próximas propuestas de la realizadora para descubrir hacia donde evolucionarán (cocinarán y masticarán) estos jugosos temas.

Al final como bien lo imposta el Dr Lecter;

“Bon Appetit… taa dah”.

 

Voraz estará exhibiéndose en la 62 muestra internacional de cine de la Cineteca nacional del 7 al 12 de Abril y estrenará en cartelera comercial a partir del 14 de Abril.

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